lunes, 10 de junio de 2013

Nadal hace historia al ganar su octavo Roland Garros.

El octavo triunfo en Roland Garros le sitúa en una dimensión de leyenda histórica

Rafael Nadal: nace el mito
  

Sale vencedor de la tendinitis en la rodilla, que le paró dos veces




Las 14.000 personas que llenaban la Philippe Chatrier no dudaron un momento en acudir a la central del Bois de Boulogne. La razón es que allí jugaba un mito viviente del deporte de la raqueta, el único que queda junto a Roger Federer, a quien acuden a verle con la misma sensación cada año que pisa Wimbledon.

La diferencia entre Rafael Nadal y el suizo es que el primero ha resucitado para el tenis después, de siete meses alejado de las pistas por una rotura parcial en el tendón rotuliano de la rodilla izquierda y el segundo tiene un pie fuera de la élite. Sólo le mantiene el ansia por ganar una vez más en el All England Club, en una moqueta verde en donde su tenis tiene algo diferencial del resto.

Es precisamente Federer, sus números, los que evidencian la grandeza de lo conseguido ayer por Rafa, artífice de un soliloquio de ocho Roland Garros, marca insólita en los Grand Slam: Federer es el único otro tenista en activo que puede presumir de haber levantado la Copa de los Mosqueteros. El llanto del suizo cuando ganó en 2009 cobra hoy su verdadero sentido.

Desde la última fila de la central de París, en mayo de 2004, Nadal alimentó sus sueños de gloria. "No he vuelto a subirme a la grada tan alto", reconoce cuando, por una lesión, no pudo jugar el torneo y vio vencer a Gaudio un torneo del que 10 años después es el gran tirano.

Sus lágrimas ayer escuchando el himno español recordaban las del primer día que se coronó en Montecarlo, las del primer día que levantó el trofeo de París que siempre mordisquea y las del día que subió a lo más alto del podio en los Juegos de Pekín. La cita olímpica de Río de Janeiro en 2016 es el horizonte que se ha marcado. "El espíritu del deporte es lo que me mueve. Si no tuviera un objetivo sería estúpido seguir. Soy un competidor porque me gusta el tenis", reflexiona.

Las cifras de Nadal en el polvo de ladrillo en general y en Roland Garros en particular asustan. Son números de jubilado. El tenista suma 292 victorias por 21 derrotas en esa superficie, un 93,29% de efectividad. Y entre las cuatro paredes del torneo francés sus números alcanzan los 59 partidos ganados, más que nadie, y una única derrota ante Robin Söderling en los octavos de 2009, condicionada por la tendinitis en ambas rodillas que ha marcado toda su carrera profesional. A pesar de eso, es el único que ha ganado uno de los cuatro grandes nueve años seguidos.

Nadal ha tenido que cambiar las sesiones maratonianas de entrenamiento por peloteos cortos. "No entreno tanto porque no es posible. No pude hacerlo durante mucho tiempo y mis entrenamientos eran los partidos. Por suerte, he ganado muchos este año". Un total de 43. El tenista firma el mejor inicio que se recuerda: nueve torneos jugados y nueve finales, siete decantadas a su favor. Los 7.000 puntos sumados le permiten optar a acabar 2013 en lo más alto: "Hasta hoy he sido el mejor. Si estoy sano, claro que puedo terminar el primero".

Es verdad que ocho de los 12 títulos de majors de Nadal, que le igualan con Emerson y le dejan inmediatamente detrás de Federer, con 17, y Sampras, 14, han sido en tierra. Pero el manacorí ya se convirtió en 2010 en el tenista más joven de la Era Open en completar el Grand Slam, o sea victorias en Australia, Roland Garros, Wimbledon y US Open.

A sus 27 años y 6 días, sólo sus rodillas pueden poner freno una concatenación de nuevos récords. Rafa alcanzó ayer dos más. Es el que tiene más partidos ha ganado en Roland Garros (59) y el único que ha repetido su nombre ocho veces en un grande. “Si alguien puede superar a Federer, ése es Rafa. Es el mejor”, reconoce David Ferrer, vencido ayer.

"Está en disposición de batir a Federer y ser el mejor de todos los tiempos", dice Manolo Santana, que reinó en París en 1961 y 1964. Carlos Moyá, mosquetero nacional en 1998, avisa que "sea justo o no, la realidad es que se mide la grandeza de los jugadores por los Grand Slam y ya es tercero". Su tío Toni, que justo antes del último punto se ajustó el cuello de la chaqueta para asistir con buen gesto al momento histórico, reconoce que lo más especial de la victoria "es recordar cómo estábamos hace cinco meses, sin poder jugar y con dudas". Pero Rafa siempre se levanta.


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